Texto bíblico: Salmos 40
Introducción
Soberbia: Exhibición de arrogante, o vanagloria como se ve en Stgo.4:16 (16 Pero ahora se jactan en sus fanfarronerías. Toda esta jactancia es mala) y en 1Juan 2:16. ( 16 Porque nada de lo que hay en el mundo —los malos deseos del cuerpo, la codicia de los ojos y la arrogancia de la vida— proviene del Padre, sino del mundo.) Y orgullo como aparece en Mc.7:22. (22 la avaricia, la maldad, el engaño, el libertinaje, la envidia, la calumnia, la arrogancia y la necedad.)
Aparentando estar por encima de los demás, en el Nuevo testamento se utiliza siempre en el mal sentido de arrogante, desdeñoso, y altivo. Es uno que es dominado por su propio interés, sin mostrar consideración alguna hacia los demás. Tit. 1:7 (7 El obispo tiene a su cargo la obra de Dios, y por lo tanto debe ser intachable: no arrogante, ni iracundo, ni borracho, ni violento, ni codicioso de ganancias mal habidas.) (Diccionario expositivo VINE)
Y Proverbios nos muestra su final: Proverbios 16:18:
Al orgullo le sigue la destrucción;
a la altanería, el fracaso. N.V.I
Antes del quebrantamiento es la soberbia,
Y antes de la caída la altivez de espíritu. R.V.
Libranos Señor de la soberbia: Salmos 19:14
Libra a tu siervo de la arrogancia,
¡que no me domine!
Y entonces seré íntegro,
inocente de un gran pecado. (La palabra España. BPL)
Sean, pues, aceptables ante ti
mis palabras y mis pensamientos,
oh Señor, roca mía y redentor mío. N.V.I
- Cuando estoy en un pozo.
- Me desespero. 40 : 2
2 Me sacó de la fosa de la muerte,
del lodo y del pantano;
puso mis pies sobre una roca,
y me plantó en terreno firme.
- Me siento atrapado. 40 : 2
”lodo cenagoso” (V.R.V.)
”lodo y del fango” (N.T.V.)
- No siento apoyo ni asidero.
Salmos 69 : 2
2 Me estoy hundiendo en una ciénaga profunda,
y no tengo dónde apoyar el pie.
Estoy en medio de profundas aguas,
y me arrastra la corriente.
- Pierdo la visión.
(hay poca luz – no podemos mirar hacia afuera)
- Actitudes que dan salida a la soberbia.
- Paciencia (V. 1)
Puse en el Señor toda mi esperanza;
él se inclinó hacia mí y escuchó mi clamor.
- Para esperar en Dios
- Para mantenerme en oración
- Clamor
- “Es difícil encontrar un concepto más repetitivo en las escrituras que aquel que se refiere a que la intervención de Dios llega como respuesta directa a alguien que está clamado”
- Veamos algunas escrituras:
Éxodo 3 : 7-8
7 Pero el Señor siguió diciendo: —Ciertamente he visto la opresión que sufre mi pueblo en Egipto. Los he escuchado quejarse de sus capataces, y conozco bien sus penurias. 8 Así que he descendido para librarlos del poder de los egipcios y sacarlos de ese país, para llevarlos a una tierra buena y espaciosa, tierra donde abundan la leche y la miel. Me refiero al país de los cananeos, hititas, amorreos, ferezeos, heveos y jebuseos.
Salmos 3 : 4
4 Clamo al Señor a voz en cuello,
y desde su monte santo él me responde. Selah
9 : 12
12 El vengador de los inocentes se acuerda de ellos;
no pasa por alto el clamor de los afligidos.
12 : 1
Sálvanos, Señor, que ya no hay gente fiel;
ya no queda gente sincera en este mundo.
106 : 44
44 Al verlos Dios angustiados,
y al escuchar su clamor,
- Nuestro clamor destapa la cisterna en la cual nos encontramos atrapados.
- Confesión.
- La confesión en el sentido más amplio es el medio por el cual podemos abrir nuestro corazón y nuestra alma ante Dios.
Salmo 40 : 3-5
3 Puso en mis labios un cántico nuevo,
un himno de alabanza a nuestro Dios.
Al ver esto, muchos tuvieron miedo
y pusieron su confianza en el Señor.
4 Dichoso el que pone su confianza en el Señor
y no recurre a los idólatras
ni a los que adoran dioses falsos.
5 Muchas son, Señor mi Dios,
las maravillas que tú has hecho.
No es posible enumerar
tus bondades en favor nuestro.
Si quisiera anunciarlas y proclamarlas,
serían más de lo que puedo contar.
- Es aceptar vivir según la voluntad de Dios.
1 Juan 5 : 14-15
14 Esta es la confianza que tenemos al acercarnos a Dios: que, si pedimos conforme a su voluntad, él nos oye. 15 Y, si sabemos que Dios oye todas nuestras oraciones, podemos estar seguros de que ya tenemos lo que le hemos pedido.
- Mi Dios no me olvida.
- Cualquiera que sea mi condición.
40 : 17
17 Y a mí, pobre y necesitado,
quiera el Señor tomarme en cuenta.
Tú eres mi socorro y mi libertador;
¡no te tardes, Dios mío!
- Por eso se manifiesta a mi favor.
40 : 11-15
11 No me niegues, Señor, tu misericordia;
que siempre me protejan tu amor y tu verdad.
12 Muchos males me han rodeado;
tantos son que no puedo contarlos.
Me han alcanzado mis iniquidades,
y ya ni puedo ver.
Son más que los cabellos de mi cabeza,
y mi corazón desfallece.
13 Por favor, Señor, ¡ven a librarme!
¡Ven pronto, Señor, en mi auxilio!
14 Sean confundidos y avergonzados
todos los que tratan de matarme;
huyan derrotados
todos los que procuran mi mal;
15 que la vergüenza de su derrota
humille a los que se burlan de mí.
- Haciendo milagros a mi favor.
Hechos 16 : 25-26
25 A eso de la medianoche, Pablo y Silas se pusieron a orar y a cantar himnos a Dios, y los otros presos los escuchaban. 26 De repente se produjo un terremoto tan fuerte que la cárcel se estremeció hasta sus cimientos. Al instante se abrieron todas las puertas y a los presos se les soltaron las cadenas.
Conclusión:
Podemos vivir experiencias en la vida que por su magnitud y por el tiempo que duran, pensamos que el Señor nos olvidó.
Pero que bueno encontrar en las escrituras declaraciones que dicen lo contrario y nos concientizan de que el Señor nunca nos deja ni nos olvida.
Leamos Isaías 54 : 10
10 Aunque cambien de lugar las montañas
y se tambaleen las colinas,
no cambiará mi fiel amor por ti
ni vacilará mi pacto de paz,
—dice el Señor, que de ti se compadece—.
Nidia Monterrosa V. Pastora